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Nacen crías de pato en peligro de extinción en Guadalajara
Seis crías del pato real mexicano, especie en peligro de extinción, nacieron en el bosque urbano “Los Colomos”, en Guadalajara, un espacio natural que logró duplicar el número de ejemplares de esta ave en un año, dijo a la agencia de noticias Efe el biólogo Cristian de la Torre.
Seis crías del pato real mexicano, especie en peligro de extinción, nacieron en el bosque urbano “Los Colomos”, en Guadalajara, un espacio natural que logró duplicar el número de ejemplares de esta ave en un año, dijo a la agencia de noticias Efe el biólogo Cristian de la Torre.
Las crías salieron del huevo a mediados de julio y constituyen la cuarta camada de patos que ve la luz en este bosque en medio de la ciudad, el cual suma cerca de 40 ejemplares a los que les da un espacio acorde a sus necesidades, además de protección y monitoreo.
De la Torre explicó que esta especie, cuyo nombre científico es “Cairina moschata”, está catalogada por la Norma 059 de la Secretaría (Ministerio) de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México (Semarnat) como en peligro de extinción debido a la pérdida de los lagos y humedales que constituyen su hábitat.
“Está en esa categoría por el hecho de la pérdida de hábitat por la destrucción de humedales y la caza ilegal”, afirmó el encargado de control y manejo de fauna.
Desde hace cuatro años el bosque “Los Colomos” decidió sustituir a los ejemplares que tenían de pato doméstico y proteger a esta especie amenazada.
Gracias a los vínculos con instituciones gubernamentales lograron alojar a 30 machos y hembras para que encontraran nuevos lugares donde reproducirse, contó el biólogo.
“Como no es un pato doméstico, se está moviendo, migra o mueren de causas naturales y la población varía. De los patos originales quedaron unos 20 pero nosotros hemos reproducido 17 más esta nueva camada de seis, ya tenemos una población un poco más estable”, agregó.
La mamá pata, de color negro y conocida entre los biólogos del parque como “Laguerta”, fue una de las muchas hembras que nacieron en cautiverio y esta es la primera vez que se reproduce.
Ella y sus crías son resguardadas por los biólogos en una jaula con la intención de que vivan el proceso de adaptación y les crezca el plumaje que les permite desplazarse por aire.
Cuando cumplan tres o cuatro meses los patos serán puestos en libertad dentro del bosque para que convivan con sus pares y algunos de ellos abandonarán su espacio para ser trasladados a alguno de los 10 parques que conforman la Red de bosques urbanos de Guadalajara, reveló De la Torre.
Además de la protección, el grupo de biólogos hace el seguimiento y monitoreo mediante el anillado o marcaje de cada uno de los ejemplares, una especie de expediente de vida que sirve también para reconocerlos en caso de que migren a otros sitios.
De la Torre explicó que las camadas de esta especie suelen tener más machos, lo que hace que compitan fuertemente entre ellos para reproducirse o que algunos de ellos busquen otros humedales naturales y parques cercanos para reproducirse.
El siguiente paso es buscar otras instituciones o unidades de manejo animal con la idea de intercambiar ejemplares para mejorar la genética de la especie.
“Para que no se estén reproduciendo entre los mismos familiares. Sería un buen acuerdo darles unos cuantos machos y que ellos nos pasarán unas cuantas hembras para tener una mejor genética”, concluyó.
EFE