Cultura
El artista Nathanael Lorenzo Hernández presenta nuevo disco
El artista Nathanael Lorenzo Hernández ya encontró su nahual y lo va a presentar en el Teatro Macedonio Alcalá.
Sones para convertirse en nahual es el nuevo disco que va a presentar el director del Instituto Intercultural Calmécac en el recinto cultural de esta capital, con el que demuestra que “sí se puede florecer como artista comunitario aquí en Oaxaca sustentado en el tequio intelectual, la Guelaguetza, la gozona y los saberes comunitarios”.
Con el nuevo disco en la mano, el flautista y director confió que “hacer música tradicional y pedagogía musical con niños y jóvenes de pueblos originarios, es mi nahual”.
Nathanael Lorenzo ofrecerá un concierto este viernes 26 de julio a las 19 horas en el Teatro Macedonio Alcalá, donde presentará 10 obras de su autoría con versiones de banda filarmónica.
Retomando la filosofía del zapoteco Jaime Luna, destacó que su disco es producto de “esta compartencia, no competencia, de la comunalidad, porque su disco es producto del alma de Oaxaca, es decir, su tequio (trabajo comunitario no remunerado), Guelaguetza (vocablo zapoteca que significa don de dar, ayuda, solidaridad) y comunalidad (compromiso de la reciprocidad).
Su sexto disco Sones para convertirse en nahual, dijo, es producto del trabajo a base del tequio, del intercambio, de la ayuda mutua y hacer comunidad para cumplir con un compromiso, ya que contó con la voluntad de artistas plásticos, cantantes, músicos, ingenieros de audio y medios de comunicación para lograr esta producción discográfica.
Y es que la portada del disco es obra del colectivo Tlacolulokos que recién participó en una exposición en Lille, Francia. El diseño es del fotógrafo Ari Matadamas y algunos temas son con niños del Instituto Intercultural Calmécac, el guitarrista de cultura nahua Galo Mejía, la soprano zapoteca de Macuilxochitl, Laura Cuevas; la banda de rock Sentido Abstracto de Mitla; así como niños y jóvenes de casa Sotaventina de Loma Bonita.
“Con esta producción quiero mandar un mensaje a los artistas jóvenes que están surgiendo: hay comunidad. Echen mano de la comunidad, así podemos hacer nuestras producciones musicales, podemos hacer películas, podemos hacer de todo. Aquí no hay disquera o productora detrás del disco, se hizo con la comunidad”, expresó el compositor y director.
“Del lado materno tengo familiares que se han dedicado a la medicina tradicional, entonces, desde niño he estado involucrado en esto de la herbolaria y otras áreas más espirituales.
“La espiritualidad me llevó a esos años de búsqueda a decir ‘ya encontré ni nahual’ porque dentro de la cosmovisión mesoamericana han existido estos personajes, estos seres dotados de cierto talento natural y se convierte en un elemento natural o de proteger”.
Aunque hay una “satanización o tergiversación del nahual que tachan de satánico. Nahual es proteger su comunidad y ponerse al tú por tú con nahuales de otra comunidad. Esto ha sido con lo que he crecido”, puntualizó.
Entonces, dijo, “me da orgullo venir y decir aquí está un trabajo con el que se puede demostrar que todavía hay comunidad en Oaxaca, que a los artistas nos funciona como un medio para realizar nuestros proyectos”.
Y ahora, “quiero compartirle al mundo que hay una región y un lugar que se llama San Carlos Yautepec, en la Sierra Sur, un lugar que es el puente entre lo Istmeño, lo mixe, y el valle, una región hermosa”.
Entre los temas que presentará se encuentra Mantra para el regreso, obra estrenada el 1 diciembre en la entrega del bastón de mando al presidente Andrés Manuel López Obrador, sigue Cántame que se la dedicó a su alumno que falleció hace dos años; Ojos huatulqueños es una chilena; Cuéntame se la escribió a Yalalag, es una reflexión a los abuelos que cuenten a las nuevas generaciones la importancia de la cultura de pueblos originarios.
También viene Amores de montaña y rabia ahora en versión rock de la mano de Sentido abstracto de Mitla, viene Toloache, Mujer faisán, mujer mariposa que interpreta con Casa Sotaventina, viene Alma de Cafetal para Pluma Hidalgo y se cierra con Bajo muy distinto cielo, obra escrita para San Pedro Quiatoni.
Fuente: Proceso