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Ella es ‘La Peque’, la sanguinaria niña sicaria de Los Zetas que bebía la sangre de sus víctimas
Juana “N”, mejor conocida como la “La Peque”, pasó de ser sexoservidora a una de las mujeres más peligrosas del narcotráfico, debido a las atrocidades que hacía con sus víctimas, incluso cuando ya estaban muertas.
Juana “N”, mejor conocida como la “La Peque”, pasó de ser sexoservidora a una de las mujeres más peligrosas del narcotráfico, debido a las atrocidades que hacía con sus víctimas, incluso cuando ya estaban muertas.
Juana nació en el estado de Hidalgo, cerca de la capital mexicana, a los 15 años se convirtió en madre, pero como no tenía recursos para mantener a su hijo, se dedicó a la prostitución, ocupación en la que conoció a gente relacionada con el narcotráfico.
Por su corta edad era conocida como “La Peque”, apodo que recibió cuando empezó a trabajar para el Cártel de Los Zetas, primero como informante, después como espía, acción que la facilitaba la prostitución, y finalmente como sicaria.
La mujer, que es considerada como una de las más peligrosas de México y el mundo, participó en las más brutales guerras del narcotráfico de los últimos años.
En 2016, cuando la joven hidalguense de 28 años fue capturada, reveló sus terribles crímenes, que no sólo eran decapitaciones y mutilaciones, sino también actos sanguinarios.
Era la encargada de las decapitaciones y mutilaciones corporales, entre sus espeluznante revelaciones, Juana declaró que le gustaba tener sexo con los decapitados, usaba partes de sus cuerpos para darse placer y que además de asesinar a sus víctimas, se bañaba con su sangre y la bebía aún estando caliente.
Juana posaba con su cabello rojo con una ametralladora para fotografías cuando tenía 20 años de edad.
La Peque es una de las mujeres asesinas que estuvo involucrada en las brutales guerras de drogas en México, que han dejado más de 115 mil personas muertas entre los años 2008 y 2018.
Se convirtió en una de las asesinas más temidas de la pandilla, fue arrestada en el 2016, cuando confesó sus terribles crímenes.
En ese entonces tenía 28 años, dijo que desde que era niña era rebelde y luego se volvió adicta a las drogas y al alcohol.
Algo preocupante en México, ya que los cárteles cada vez están reclutando más niños de edades entre siete y nueve años de edad.
Fuente: Vanguardia