Segob confirma la localización de primeros restos humanos de mina Pasta de Conchos, Coahuila

Luego de 18 años de la tragedia en la mina de Pasta de Conchos en Coahuila y de haberse suspendido las tareas de rescate de 65 mineros, fueron rescatados varios restos humanos a 146 metros de profundidad, confirmó este miércoles la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján.

Dio a conocer que en ese lugar también se localizaron diversos objetos de trabajo, sin embargo, abundó, no se encontraron indicios de que haya ocurrido una explosión como en su momento lo señalaron las autoridades correspondientes del gobierno federal.

Destacó que a partir de ahora, la Fiscalía General de Coahuila en colaboración con la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) y el Instituto Nacional de Medicina Genómica, iniciarán con los protocolos para identificar los restos humanos, así como con los peritajes que permitan determinar las causas del accidente.

La encargada de la política interior encabezó una reunión con el director corporativo de Ingeniería y Proyectos de Infraestructura de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), César Fuentes Estrada, y el jefe de la Unidad de Trabajo Digno de la Secretaría del Trabajo, Alejandro Salafranca.

En este marco, agregó la funcionaria, en un comunicado, fueron informadas las viudas y los familiares de los trabajadores de Pasta de Conchos que fallecieron en el lugar, el 19 de febrero de 2006, sobre la localización de los primeros restos humanos en una de las galerías del socavón.

Sostuvo que por instrucciones del Presidente Andrés Manuel López Obrador emitidas hace cuatro años, se llevan a cabo las tareas de rescate de los cuerpos de los mineros, como parte de los compromisos asumidos con los familiares de éstos.

Reiteró que la Secretaría de Gobernación mantiene el firme compromiso para continuar con estas tareas de localización y rescate, con total responsabilidad, manteniendo estrecha comunicación con las familias, “en particular, durante esta etapa que es, por su naturaleza, de la mayor sensibilidad para ellas”.

Fuente: La Razón