En crisis. Día de la Libertad de Expresión en Oaxaca
Somos periodistas, los de la tropa…la perrada
* Somos periodistas, los de la tropa…la perrada
Periodistas Oaxaqueñas
El vaivén de las manos es de protesta, necedad e impotencia. Escribir, ¡ni pensarlo! Las ganas se han esfumado, se han escondido detrás de eso que se llama crisis. Puedo hacer lo que sea, redactor, jalacables, pasatortas, informante… lo que sea.
Comemos, pensamos y llegamos al mismo tema: después de más de 10 años como periodistas un día despertamos con la incertidumbre de ser despedidas, recibir quincenas a destiempo y lo peor sin mayores oportunidades laborales.
Un día, sí un día muy temprano el teléfono sonó y escuché: lo siento ya no formas parte del equipo, se fue tu jefa, te vas tú. Liquidación cero. No existe contrato. En radio la oportunidad se esfumó.
-¿Qué hiciste?- preguntó una de ellas, una de mis amigas y compañeras.
-No me quedó opción, no tenía un papel firmado ni garantías laborales-, respondí.
Ellas, las compañeras de fuentes, las amigas, las confidentes, las que te sacan de un apuro cuando la quincena no está, las que una tarde calurosa o lluviosa te prestan una moneda para viajar, ellas también tienen su historia.
Rodeadas del bullicio local, en medio del centro de la “Ciudad de la Resistencia” en una mesa las tres acariciamos nuestras peripecias, nuestros dolores, pero también gritamos nuestras injusticias, nuestra crisis.
El desánimo en sus ojos es palpable, no es que no le interese escribir; prefiere salir de este circulo vicioso: trabajar para trabajar.
-Yo por eso a veces mando información que me nace, la que he trabajado pero no más lo que me piden mis jefes, no puedo trasladarme porque no hay dinero-, dice una de ellas quien tiene que erogar más de 150 pesos para medio trabajar y medio comer, más de lo que pudiera ganar.
Ataja sin miedo la más dicharachera y optimista aunque en sus ojos también hay desilusión: somos egoístas porque los que estamos medio bien no apoyamos a quienes están viviendo esta situación. Yo tengo un trabajo en donde las quincenas van casi a tiempo, pero me preocupo no es posible que ganemos poco y estemos así.
De pronto a la mente llega Juan Villoro quien nos recuerda que los periodistas están cada vez más gordos y los periódicos más delgados. La rutina en la que hemos caído nos ha matado, nos ha llenado de informantes de personas que hacen una labor pero no la del periodista. Nos hemos convertido en voceros de funcionarios; vamos a entrevistas colectivas, revolcamos boletines y “alabamos” a la familia en el poder.
La misma mirada informativa, la misma estructura en la redacción; menos críticos y más sumisos para poder encajar en todos lados.
Estamos en crisis por el pinche Peje, pero también por Murat….Estamos de la chingada, se grita en esa mesa de tres, donde se trata de evadir la realidad con un mezcal.
En Oaxaca, tres medios impresos ya no dieron batalla. Las rotativas pararon un día por falta de financiamiento, por falta de pago de facturas, por la carencia de una política empresarial y una visión más amplia.
Pero también se empoderó a medios afines; se les dio entrada a periódicos nacionales para aminorar los “golpes” de los locales, aquellos que se han resistido a empoderar a un gobernador que ha invertido 601 millones de pesos en su imagen.
Se ha rentado concesiones de radio para impulsar a personajes desgastados, sin importar el destino de casi una docena de trabajadores despedidos.
A un con el recorte de los 40 millones de pesos a comunicación social en el 2018, la gente rumora así como entre los mismos medios que existe una lista de amigos periodistas del gobierno en donde estiman que un corresponsal gana 10 mil pesos al mes por cubrir todos los eventos oficiales; mientras los locales son discriminados al ofrecerles menos de la mitad.
-¿A dónde vamos a parar con esta situación?- Nos preguntamos después de dar un sorbo a nuestra bebida que poco a poco nos ayuda a eliminar el nudo en la garganta.
Debemos reinventarnos, hay que explorar otros temas, coincidimos pero también vamos más lejos: seamos empresarias.
Pero también aprovechemos becas, busquemos oportunidades en otros estados o países. No todos y no todas vamos a sobrevivir pero vamos a intentarlo, no podemos fracasar más de lo que ya estamos.
Volvemos a recordar que estamos de la chingada, pero sino nos levantamos ¿dónde quedaremos y, el periodismo lo vamos a dejar morir?.
La pasión es como la fe…..muere al final de todo. Feliz Día de la Libertad de Expresión.